miércoles, 9 de marzo de 2011

A las chicas nos enseñan muchas cosas desde pequeñas: si un chico te incordia es que le gustas; y nunca te cortes el flequillo, así algún día, concoerás a un hombre maravilloso y tendrás tu propio final feliz.
Cada película que vemos, cada historia que nos cuentan, nos pide que creamos en ellas. El giro al final de la historia, la declaración de amor inesperada, la excepción a la regla.
Pero a veces, estamos tan obsesionadas por encontrar nuestro final feliz que nos olvidamos de leer las señales. Las que diferencian a los que nos quieren de los que no; a los que se quedarán de los que se irán.
Y es posible que ese final feliz no incluya al hombre ideal. Puede que… seas tú. Recomponiéndote y volviendo a empezar. Liberándote para algo mejor que puede haber en tu futuro. Puede que el final feliz sea simplemente… pasar página.
O puede que el final feliz sea éste, saber que a pesar de todas las llamadas no devueltas, de todos los desengaños, las meteduras de pata, y las señales malinterpretadas. A pesar de todo el dolor y el bochorno, nunca perdiste las esperanzas.

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Tú solo quieres una locura conmigo

Tú solo quieres una locura conmigo

UNA DE TANTAS..

UNA DE TANTAS..
Puede que no me pienses las 24 horas del día en mi , ni a cada minuto, ni siquiera a cada hora. Puede que puedas estar días sin verme, puede que haya mil mujeres más, sí, también puede que sea algo secundario, no importa, todo esto son suposiciones, no sé ni lo que piensas de esto ni en lo que no lo haces, no sé si juegas o dejas, si comes o bebes, si estás bien o si estas mal, pero, y digo yo? y qué? sé que cuando estas conmigo eres una de las personas más diferentes que conozco, que me haces reír, y que simplemente me gusta estar así, a a lo mejor es que sí, que si que esto empieza a importar un poco, aunque se lo mínimo comienza a hacerlo.